Un placer grapado a otro placer, y a otro, y a otro; es que cuando se nace maldita el negro se tatúa hasta en el alma… y esta piel de laboratorio se canibaliza a sí misma, se desprende, hace mitosis. Todos somos Frankenstein o su creación… y en casos excepcionales ambos.
Grandioso sin duda, atónito me deja. Qué grande es.
ResponderEliminarEres un gran amigo y lector.
ResponderEliminarGracias por ello.
Beso bermejo.