miércoles, 29 de febrero de 2012

AMANTE DE LO RETRO, DESESTRESADA EN EL TIEMPO




¿La generación ni ni? Ni hablar. Y con un solo "ni" me explico:  por generación, toca juzgar a las jóvenes generaciones, porque nos damos mucho a la crítica; que eso nos pasa a todos con pocas excepciones y así todos estamos etiquetados de una manera u otra.
No me gustan las etiquetas. Nunca me gustaron, la verdad pero si tuviera que colgarme una sería amante de lo retro. No puedo evitarlo. Y tal vez sea un poco friki, pero echo de menos la época en que nos prometíamos cosas y las cumplíamos o incluso no hacía falta prometerlo, ni siquiera hablar del tema.  La solidaridad era un principio incuestionable entre amigos.  ¿Dónde ha quedado el compañerismo y en qué basura se han tirado los abrazos reciclados por estos besos al aire y cafés prometidos por teléfono tras cinco minutos de charla "Discúlpame, no tengo tiempo"? Cuando dices, "Eh, que la vida te está comiendo, y has venido para vivirla, no para que ella te viva a ti y te supere...", te contestan enfadados:

"PERDONA: TENGO UNA VIDA. SIENTO SI TENGO MUCHAS COSAS QUE ATENDER Y TÚ ESTÁS CON MENOS OCUPACIONES. APÚNTATE A UN CURSILLO DE INFORMÁTICA."

Es una pena. Vivir contra reloj, digo. Ya lo dijo Michael Ende, en Momo, y es que no me canso de decirlo. Los hombres grises tenían bancos donde ahorraban el tiempo de las personas, y las personas no se daban cuenta de que era inútil ahorrar tiempo porque sin tiempo....no hay vida. 

¡¡¡¡¡¡¡¡¡SIN TIEMPO NO HAY VIDAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!

Que prefiero darte un beso y bailar contigo mil vueltas. No cuentes los minutos, que te da tiempo ir a trabajar, que si cuentas los minutos me estresas, y si dices que vas a llegar tarde lo estropeas, pero me reiré de ti, que sí, ya lo creo que sí, porque te besaré cada mañana, así que levántate cinco minutos antes para el amor y escuchar los pájaros, y si todas las noches escuchas gatos tampoco es desgracia, divertido resulta. Un gato se aloja en mi ventana y me encanta que me visite, las cosas pequeñas son las que más importan. ¿Te conté que los niños pequeños del barrio se paran en la puerta de mi casa para ver a mi madre y gritan su nombre hasta que ella sale a la puerta? Las gaviotas me despiertan y sobrevuelan mi casa, el mar es maravilloso y ya no me dan collejas, pero siempre hay quien se da cuenta de que un día te has pintado los ojos, o te prestan el libro que siempre has querido leer, o te invitan a un chocolate, y es entonces cuando sabes, frente a la playa, con el hombre al que amas, que la vida merece la pena y que el tiempo es relativo. Sabio Einstein. Siempre tenía razón.

2 comentarios:

  1. Este post me ha gustado mucho, yo tengo algo de eso también, es que todo lo RETRO tiene algo de magia irrecuperable, y azas ya me puse sentimental. Deja que en algún momento yo podré invitarte a un café y podremos beberlo juntas, ese maldito chargo de agua no me lo va impedir, ya verás. Azules : )

    ResponderEliminar
  2. Gracias por tus alentadoras palabras, Lynette. Ojalá sea verdad que vayamos a tomar café juntas. =) No podría estar más feliz con ese sueño. =)

    ResponderEliminar